La gente no compra tu cuadro, compra tu historia.
La gente no compra tu cuadro, compra la historia que hay detrás del cuadro.
Pedacitos de ti, de tus vivencias, de tus emociones, del todo que te conforma como artista.
Esos pedacitos de tí van en cada obra que creas. Y es por eso que la gente compra tu arte.
Ese es el verdadero Porqué.
Van Gogh es la prueba palpable de lo que digo. Uno de los pintores más seguidos, cotizados y el que más simpatía despierta.
La historia que hay detrás de Van Gogh es tremenda, conmovedora. Engancha tanto o más que su arte.
Frida Kahlo. Ella también engancha por su emocionalidad, por como contaba su historia. Su drama personal estaba en cada una de sus obras. Ahora ya convertida en icono, ha conseguido hacer sombra a su pareja y maestro, el gran pintor Diego Rivera, con muchos menos recursos pictóricos que él.
Esto que digo, no es nada nuevo. Al menos yo hace tiempo que lo sabía, pero una cosa es saberlo y otra es madurarlo de manera que se comprenda y se interiorice y se le de todo el valor que tiene.
La historia que a los artistas nos surge de manera espontánea, sin ser conscientes de ello en la mayoría de las ocasiones. A las empresas de publicidad se les paga millonadas para que elaboren historias para el lanzamiento y venta de un producto.
Ayer veía un vídeo donde Philip Kotler, un reconocido experto mundial en marketing, hablaba del «StoryTelling» «Contar una historia» y a propósito de esto, decía que las empresas de cosmética no venden artículos de belleza, sino que venden esperanza. Y aconsejaba a las empresas que cuenten su historia, porque es la mejor manera de llegar a sus clientes.
Entonces recordé que el otro día en un programa de decoración que suelo ver en televisión, una persona que acababa de reformar su cocina, decía que le encantaba como había quedado y que ya se visualizaba allí cocinando y disfrutando de buenos ratos con familia y amigos. Así que la empresa que vende la cocina, no está vendiendo sólo unos muebles de cocina, está vendiendo el sueño del disfrute de ese espacio.
Cuando hablo de contar tu historia, no hablo de esos rollos pseudointelectuales, que nadie entiende y que algunos artistas se inventan para adornar una mala obra y pasar un examen o para impresionar a sus colegas o compradores.
No, yo hablo de contar tu historia desde el corazón, de manera sincera, que todo el mundo lo entienda y que llegue a la gente.
Esa historia ya está en tus obras, pero también debería estar en tu discurso. Se trata, como decía al principio de explicar lo que te motiva a crear.
Yo tengo que reconocer que no explico demasiado el porqué de una obra en concreto. Hay veces que el comprador me ha preguntado: «Ana que has querido decir en esta obra» y yo contesto que no lo sé. Pero sí les explico lo que estaba sintiendo en el momento de la ejecución, o antes de empezar a pintar.
Por mi forma de trabajar, a veces para mi también es un misterio.
Hay cuadros que su historia me ha sido revelada meses después de pintarlo. Lo he visto todo tan claro. Todo encajaba (los colores, las formas, toda la simbología) con el momento que estaba viviendo cuando lo pinté. Lo que estaba oculto en la profundidad de mi subconsciente subió a la superficie.
Hay artistas que saben contar muy bien su historia y se envuelven en ella. Su mensaje es muy potente y efectivo de cara a expandir su marca y comercializar su arte.
Se visten con sus propios diseños. Su taller y su casa está lleno de objetos diseñados por el propio artista, etc.
Toda ello rezuma gran personalidad (y muy buen ojo para el marketing) De esta manera, hacen publicidad de su arte constantemente.
Sí, todos estamos vendiendo todo el rato, queramos o no, seamos conscientes o no. La ropa que vestimos, nuestro corte de pelo, el gimnasio al que vamos, esos son mensajes publicitarios que lanzamos a los demás
Muy de acuerdo
Yo soy escultora y siempre agrgo a mis obras un pequeño escrito de lo que es para mi esa escultura
Al igual que tu muchas veces las hago sin pensar y al terminarlas caigo en cuenta que su forma y colores hablan de aquello que sentí al esculpir las
Un abrazo desde Chile
Bienvenida María Angeles!
Muy interesante lo de incluir ese escrito. Gracias por tu aportación!
Otro abrazo para ti!